miércoles, marzo 12, 2008

La cuenta atrás

Ya está a punto, dentro de una semana ya estamos inmersos de lleno en el tiempo esperado, estamos pensando que todavía queda sin ser conscientes que antes de que nos demos cuenta ya se habrá acabado. Estaremos cuadrando horarios y sitios para aprovechar y exprimir al máximo una semana que se hace muy corta, pero que quizás, por eso se vive de forma tan intensa y es tan esperada.

Dentro de pocos días todos aquellos que formamos parte de este mundo tenemos que hacer nuestra misión, nazarenos, capataces, costaleros, acólitos en sus diversas modalidades, aguaores, pabileros, bandas y demás estaremos realizando aquello de lo que tanto hemos hablado, aquello por lo que todos estamos esperando.

Con la intención de destacar poco a poco diferentes figuras, como si una cuenta atrás fuera, empiezo con la del capataz por respetar un orden jerárquico.

Ahora llega su momento, el de contrastar su sabiduría en la calle, el momento en el que tiene que plasmar su forma de ser y ver este mundo, ahora tendrá que llevar a cabo su idiosincrasia y su estilo, aportar con su forma de ser estilo a las Hermandades que confían en él y dignificar la labor del costalero.

Los capataces tienen ante si el momento donde se terminaron las pruebas, donde debe confirmarse lo trabajado en los ensayos, donde deben determinar que el trabajo bien hecho no está relacionado con el estilo, teniendo en cuenta, situaciones excepcionales que desarrollan estilos que no corresponden con las imágenes y la idiosincrasia de la Cofradía en cuestión.

Aprovechando esta entrada centro el debate en una idea que he escuchado en repetidas ocasiones y con la que nunca he estado de acuerdo, se "encasilla" en demasía a los capataces en un estilo determinado según los pasos que saquen. Con los vídeos de esta entrada se deja bien claro como alguien para ser capataz debe tener muchas características, pero desde luego, una que queda bien clara es tener presente que corresponde a cada Hermandad, que un capataz es capataz de pasos y no de estilos y así podemos verlo con el tan citado en este blog Martín.

En el primer vídeo vemos a este capataz al mando de su buque insignia, la Cena, representa un andar dinámico, con cambios, alegre, que representa un andar distinto pero siempre comedido y elegante.



El año pasado fue su primero delante del misterio del Prendimiento, Hermandad popular de Jerez que representa un estilo distinto al anterior, de hecho, Martín ha impuesto un andar definido fuera de la improvisación que imperaba antes. Orden y disciplina en un andar alargado y de frente que a buen seguro irá mejorando y perfilando con el paso de los años.



Rompe por completo la forma anterior sacando un Nazareno en silencio en la Madrugá. Un andar sobrio, largo y cadencioso como corresponde a tal cofradía. Ha sacado otros años los pasos también en silencio de las Tres Caídas y el misterio de la Vera Cruz, de éste último hay vídeos que lo atestiguan, misterio en silencio con un andar poderosísimo, con una zancada larga y reposada que se ha desarrollado durante años con una elegancia difícil de igualar.



Y el último ejemplo, el palio de la Soledad, un palio, distinto a lo anterior, con un estilo también distinto con el que llevó el de la Hermandad de la Vera Cruz.



Ejemplos de una idea que para mi es irrefutable, aquel que sea un buen capataz, es un capataz sin más, que debe afrontar un trabajo aportando resultados, dignificando el oficio. Aquel que en su forma de entender este mundo no entra un andar determinado por determinados valores, veáse los Villanueva, los Ariza, Santiago, es un punto, pero bien distinto son aquellos que se amoldan a las circunstancias de las Hermandades, como representan Reguera, los Ceballos y el caso aquí comentado, Martín.

Estoy de acuerdo con aquellos que llevan su estilo a una Hermandad y a la vez a aquellos que se amoldan, lo importante es seguir una trayectoria y respetarla sea la Hermandad que sea, pero la idea fundamental de esta "entrada" es hacer ver, que un capataz debe ser capaz de desarrollar un trabajo ante cualquier circunstancia, que ser capataz es aportar unos conocimientos que estén en consonancia con un nivel de trabajo y con la idiosincrasia que representa la Cofradía en la calle.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Amoldarse a un estilo o conservar el tuyo... Tema interesante, que como casi siempre quizá se resuelva en el punto medio.

Me explico con un ejemplo. Pongamos un misterio que hace cambios, la junta decide cambiar el capataz y "ficha" a uno que saca sus pasos andando de frente, con estilo sobrio. Digo yo que deberá quedar claro si la junta trae a ese capataz para que saque el paso como saca todos los demás, o pretende que se amolde al estilo de ese paso. Y el capataz aceptará una opción o la otra.

Ambas me parecen bien: puede que el capataz no esté dispuesto a renunciar a "su" estilo, con lo cual no debería aceptar ese martillo si pretenden que cambie. O puede que al capataz no le importe amoldarse. O puede que la junta no pretenda que se amolde, sino cambiar el estilo del paso.

Digo yo que quedando claro lo que ambas partes quieren, no debe haber problema.